Venezuela vive una crisis económica y social desde hace varios años, agudizado en estos últimos tiempos por la inseguridad que impera en las calles, el desabastecimiento de productos de primera necesidad, de medicinas y la galopante inflación que se traga los sueldos y salarios del venezolano.
Con este panorama, un grupo de jóvenes estudiantes de nuestro país, haciendo uso de su derecho constitucional a la protesta pacífica. ha salido a las calles de todas las ciudades, a exigir cambios en la política del estado, y no ha recibido más que una arremetida violenta y brutal por parte de los organismos policiales y grupos armados afectos al oficialismo, que ha llenado de sangre las calles y enlutado a muchas familias venezolanas.
Con un saldo de decenas de jóvenes heridos, desaparecidos y detenidos por las autoridades, y hasta ahora con la lamentable pérdida de la vida de cinco estudiantes.
Vidas truncadas por la fatalidad, vidas que no tendrán futuro, jóvenes universitarios llamados a construir un país, a formar familias, a hacer patria, pérdidas que causan dolor a sus familiares y amigos.
La tensión se percibe en cada calle, en cada local comercial, en cada vivienda, en cada familia, en la vida de la mayoría de los venezolanos de buena voluntad, en todo este conflicto, no podemos olvidarnos de los seres más vulnerables e indefensos LOS NIÑOS, sí, nuestros niños perciben la violencia, viven la violencia, son afectados en su salud física y emocional, sus efectos repercuten en su rendimiento académico, en su desarrollo socio-emocional.
Como pediatra hago un llamado a los padres para que traten de no involucrar a los niños en estos conflictos y preserven ante todo la salud y la vida de los pequeños, para que como adultos, actúen de manera operativa orientando la protesta de los jóvenes hacia objetivos claros y viables.
Como ciudadano y venezolano hago un llamado a las autoridades para que cese el conflicto, para que se respeten los derechos ciudadanos, para que se apliquen las leyes y que se abran al diálogo y a la búsqueda de soluciones pacíficas.
Mis condolencias a las familias de los fallecidos y mi abrazo solidario para sobrellevar la pena.
NO A LA VIOLENCIA
SÍ A LA PAZ
Dr. Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta Conductual Infantil
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