El pasado 26 de junio, un grupo de 12 niños pertenecientes a un equipo de fútbol "los Jabalíes Salvajes" de Tailandia, junto con su entrenador, quedaron atrapados en la Cueva de Tham Luang en el norte de Tailandia, la noticia dio la vuelta al mundo y mantuvo en vilo a gran parte de la población.
Enseguida se dio la voz de alarma y se activaron todos los protocolos, tomando en cuanto la complejidad del caso, por una parte se trataba de niños, esa población más vulnerable ante cualquier tipo de catástrofe y por otra parte, la profundidad y lejanía de las salidas de las cuevas a que se encontraban.
La imagen de este escrito, es más que elocuente, se presenta cuando el equipo de rescate logra obtener una imagen de los niños y comprobar que están vivos y sanos, la mirada suplicante de este pequeño vale más que mil palabras.
Luego de 2 semanas de alta tensión, mucho esfuerzo mancomunado, multidisciplinario e internacional, el día 10 de julio se logró sacar al último grupo de niños y al entrenador, sanos y salvos, en un rescate a tiempo y exitoso, que casi raya en un milagro.
Con esto se cierra un capítulo en la vida de estos pequeños y grandes campeones, pero se abre otro, que requerirá de mucha asistencia médica y psicológica, además de paciencia y tiempo para superar este trauma.
Probablemente y dependiendo del temperamento de cada uno de los niños, de su grado de desarrollo evolutivo, de su estado de salud físico y mental previo al evento traumático, de los hechos acontecidos en esta cueva y por sobre todo, al apoyo de la familia, estos chicos sufrirán de estrés postraumático.
Es muy importante el manejo adecuado y multidisciplinario de esta patología y el acompañamiento que ameritan cada uno de ellos.
Vale la pena resaltar la figura del entrenador, único adulto en esta expedición, responsable de mantener a salvo a estos pequeños, ha debido contar con grandes recursos psicológicos para llevar a cabo esta dura misión.
Desde este blog, y como siempre preocupados y ocupados en el bienestar biopsicosocialecológico de los más pequeños hacemos votos por la pronta recuperación integral de estos grandes guerreros.
Dr Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Miembro Comisión de Pediatría Social de la SVPP
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