Los valores son principios o pautas que marcan los comportamientos humanos, orientándolos hacia conductas que presumen la mejora en el desarrollo de la persona o de una colectividad.
Estos valores o directrices para la conducta humana, son influenciados por la familia, la escuela, la sociocultura y los medios de comunicación.
Por tanto, existen valores humanos (honestidad, responsabilidad, lealtad, la Salud, compasión, decencia, paciencia, sencillez, amistad, respeto, tolerancia, gratitud, bondad, perdón, empatía...), valores familiares, morales, religiosos, éticos, sociales, culturales y otros).
Todos estos valores, se van incorporando en la vida de toda persona, en su interacción en primer lugar con la familia, considerada el primer y más importante ente socializador de todo niño, luego la escuela, la religión, la sociedad y las organizaciones humanas.
La educación en valores
Cuando hablo de educación en valores, me refiero a un replanteamiento de la educación, con la finalidad esencial de humanizar la educación, y por ende, lograr la formación de ciudadanos íntegros en su comportamiento personal y social, más allá de profesionales exitosos.
La formación académica, científica y la experticia profesional son muy importantes, pero lo es más la formación humana y la formación en valores.
La UNESCO, en el documento El futuro de la educación hacia el año 2020, señala lo siguiente:
"La Educación debe promover valores para incrementar y fortalecer: el sentimiento de solidaridad y justicia, el respeto a los demás, el sentido de responsabilidad, la defensa de la paz, la conservación del entorno, la identidad y la dignidad cultural de los pueblos, la estima del trabajo...."
Que bonito suena todo lo anterior, pero que lejos estamos en estos momentos, a nivel mundial y a nivel país, estamos viviendo una pérdida de estos valores tradicionales y su sustitución por nuevos antivalores dados por: la corrupción, el dinero fácil, el narcotráfico, la belleza artificial, la intolerancia, el egoísmo entre otros.
Qué podemos hacer?
Cada uno de nosotros desde la familia, podemos y debemos estimular y reforzar en los niños, la incorporación a su repertorio cognitivo-conductual de todos estos valores tradicionales, independientemente del tipo o estilo de familia y de la religión que profesemos.
Luego cada uno de nosotros desde su tribuna profesional y en su entorno socio-cultural, debemos actuar de acuerdo a estos principios y predicar con el ejemplo.
En este sentido, los docentes y los médicos tenemos una gran responsabilidad y una gran labor que realizar con nuestros alumnos y pacientes.
Hay que recordar que la Salud, es también un valor humano, y como tal los profesionales de la salud están llamados a su cumplimiento.
Dr. Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Miembro de la Comisión de Pediatría Social de la SVPP
Instagram: @dr.eduardo.pediatra y @terapiadelaconductainfantil
No hay comentarios:
Publicar un comentario