La bioética
es una potente herramienta moral y legal, cuyos objetivos pretenden
encontrar el nuevo marco racional y creativo que sustente a cada nuevo avance
en el conocimiento científico, hacia el bien del individuo y en aras de la
conservación de la salud y de la vida.
La bioética toma y considera al
ser humano en su estrecha relación con los factores ambientales, como
naturaleza, cultura, religión, política y sociedad, entre otros, respetando la
individualidad de cada ser y la pluralidad de escenarios posibles.
Principios fundamentales de la Bioética
Los tres principios básicos de la bioética,
(descritos por primera vez en 1979) y percibidos como válidos y vigentes en el
contexto socio-cultural y que además se muestran eficaces y correctos para la
toma de decisiones en el campo de la moral médica son:
*Principio
de beneficencia:
En el ámbito médico, el principio de la
beneficencia obliga al profesional de la salud a poner el máximo empeño en
atender al paciente y hacer cuanto pueda para mejorar su salud, de la forma que
considere más adecuada. Significa actuar con caridad y amabilidad.
La aplicación de este principio resulta
complejo ya que intervienen: la ponderación del riesgo/beneficio, valores
morales y religiosos del paciente, intereses de las personas enfermas,
jeraquización de prioridades del enfermo, etc.
*Principio
de autonomía:
El principio de autonomía se basa en la
convicción de que el ser humano debe ser libre de todo control exterior y ser
respetado en sus decisiones vitales básicas. En el ámbito médico significa que
el paciente debe ser correctamente informado de su situación y de las posibles
alternativas de tratamiento que se pueden aplicar en su caso, con ello se logra
el llamado “consentimiento informado”, que no es más que la decisión del
paciente una vez que ha sido adecuadamente informado por el médico y es lo que
en la actualidad se considera la base de la relación médico-paciente.
*Principio
de justicia:
Tradicionalmente, desde el punto de vista
del derecho romano, la justicia se identifica con la equidad, con dar a cada
uno lo que le corresponde. En el campo de la salud, se interpreta como la
disponibilidad por igual a los servicios sanitarios tanto preventivos como
curativos de todos los individuos, sin distingo de color, religión o credo,
sexo, edad, afiliación política, posición económica o social. Otros principios de la bioética son: principio de la no-maleficencia (principio
de no hacer daño), principio de honestidad y principio de
eficiencia.
La Bioética y las nuevas tecnologías de la información.
Las nuevas tecnologías de la información en
el sector salud, permiten a sus trabajadores (y en especial al gremio médico)
una mayor preparación para enfrentar y manejar adecuadamente las enfermedades,
las epidemias o los desastres naturales, y que es en definitiva requerida y
necesaria para la prevención, curación y rehabilitación del enfermo en general.
En este sentido la bioética surge como punto de contacto y equilibrio entre la
ética y la tecnología médica moderna, logrando de esta manera la llamada
“humanización de la medicina moderna”.
A este respecto, la sociedad debe preocuparse
y servir de control en la introducción de las nuevas tecnologías al campo de la
salud, evaluando en su aplicación los riesgos y beneficios que acarrean para el
paciente.
Las nuevas tecnologías al ser aplicadas a la
medicina, pueden conducir a daños iatrogénicos, es decir, a daños ocasionados
por el médico, en su intención de causar el bien o devolver la salud a la
persona humana. Esta iatrogenia va desde comentarios y tratos inadecuados hacia
la persona enferma o familiares hasta faltas cometidas por imprudencia o
impericia.
Bioética
y pediatría
La práctica de la medicina que es la ciencia
y el arte de curar a los enfermos y preservar su salud significa para el
profesional, el deber de desplegar una actividad técnicamente perfecta y
someterse a la disciplina ética de su profesión. Si esto se lleva al campo de
la pediatría, donde el enfermo o paciente se trata de un niño, un ser
evolutivamente en desarrollo, con una inmadurez física y emocional, permeable a
las influencias externas (familia, sociedad y cultura), la práctica de la
medicina adquiere entonces mayor relevancia y cuidado.
Para el adecuado tratamiento del niño por
parte del personal médico y paramédico, se crearon en muchos países las
disciplinas de pediatría social, pediatría integral y más recientemente
medicina del adolescente. Todas ellas con gran contenido de ética, moral,
derechos humanos, psicología del desarrollo, conducta infantil, familia y
sociedad, sin olvidar claro está de un actualizado y completo conocimiento científico sobre
la salud y las enfermedades de los niños
y adolescentes.
En los últimos tiempos la práctica de la
pediatría ha sufrido cambios significativos, adaptándose a los nuevos tiempos,
en los cuales, el niño o adolescente pasó de ser un ente pasivo a un ente
activo de la consulta, donde se les ha involucrado en el proceso de la
recuperación de la salud y prevención de enfermedades, así como se les ha
tomado en cuenta su opinión en la aplicación de los tratamientos e
intervenciones médico-quirúrgicas, esto constituye el consentimiento informado
en pediatría (asentimiento del menor + permiso informado de los padres)
A este respecto se puede señalar que en países como
Estados Unidos y Canadá, así como en algunos de Europa y América del Sur, es
legal prestar servicios de salud a menores (adolescentes mayores de 14 años)
sin la autorización de sus padres o sin la asistencia de los padres a la
consulta, entre estos servicios se cuentan: la curación de enfermedades de
transmisión sexual, apoyo para la anticoncepción, atención por embarazo o por adicción
a las drogas, servicios de salud mental y tratamiento por abuso sexual o
violación.
Los deberes de los enfermos y la bioética
Mucho se ha hablado de los derechos (bien merecidos por cierto) de los pacientes o de los enfermos, pero y de los deberes de éstos hacia los profesionales de la salud?, a este respecto se han señalado algunos, a saber:
• Todo paciente que acude a una consulta tiene el deber de proporcionar al profesional de la salud toda la información requerida por éste y no ocultar datos que se soliciten, colaborando de esta manera a lograr un adecuado diagnóstico.
• Debe cumplir correctamente con la prescripción médica, y en caso de presentarse síntomas o efectos desagradables, consultar con el médico antes de suspender la medicación.
• Debe tener un trato de respeto hacia el médico, como persona y como profesional.
• Debe prestar atención a la información que le suministre el médico con relación a la salud, enfermedad y tratamientos.
• En caso de consulta privada está en la obligación de cancelar los honorarios médicos que se originen de dicha actividad.
Con la aplicación de los
principios básicos de la bioética se
pretende hacer que el ejercicio de la profesión médica se convierta en una
ayuda invalorable en el alivio del sufrimiento y en el logro de la felicidad de
la persona humana.
Dr Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta Cinductual Infantil
correo: ehernandez61@hotmail.com
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