martes, 6 de junio de 2017

NIÑOS QUE MIENTEN...


Las mentiras en los niños, representan un motivo de consulta frecuente en pediatría, muchos padres observan con preocupación y ansiedad, que sus niños tienden a utilizar muchas mentiras en sus relatos diarios de convivencia familiar, escolar y social.
Ahora bien, las mentiras tienen que ver, con el desarrollo evolutivo de cada niño, sobre todo con el desarrollo moral, distinguiéndose entonces dos tipos de mentiras:
* las mentiras sin intención ni finalidad, se presentan por lo general en niños menores de 5-6 años, se relacionan con el pensamiento mágico y egocéntrico que acompaña a estas edades, donde les cuesta diferenciar la realidad de la imaginación. Coinciden con la primera etapa del desarrollo moral de Piaget (etapa premoral) y con la primera y segunda etapa de Kohlberg (moral preconvencional). Tienden a desaparecer a medida que va creciendo.
* las mentiras intencionadas, se presentan en niños escolares y adolescentes, coinciden con la etapa moral de Piaget y con la etapa moral convencional de Kohlberg, del desarrollo moral de todo individuo. Tienen una intencionalidad clara y definida, orientada a distorsionar y falsear la realidad para obtener un beneficio o evitar un castigo.

¿Por qué mienten los niños?
Es una pregunta muy interesante con una extensa respuesta. Los niños mienten por muchas razones, entre ellas tenemos:
1. La principal y más frecuente es para evitar un castigo, los niños van aprendiendo que falseando la realidad, ocultándola o inventándola, evitan las consecuencias aversivas de su conducta. Si este recurso se va reforzando en el tiempo, se pueden generalizar las mentiras y convertirse en un hábito que forme parte del repertorio conductual del menor. En este momento, las mentiras proporcionan una ficticia cobertura psicológica ante determinados problemas, haciendo que viva una fantasía permanente que oculta grandes alteraciones emocionales, psicológicas y conductuales.
2. También mienten por obtener un placer, un privilegio, que se vuelve difícil por la vía lícita.
3. Pueden mentir por miedo, por necesidad de ser aceptado en un grupo, por frustración, por exceso de exigencia, por llamar la atención, por proteger su intimidad.
4. No debemos olvidar que los niños también mienten por imitación, por imitar a los padres y adultos significativos en su desarrollo, un ambiente familiar donde se cultiva la mentira y se utiliza al niño como portavoz de mentiras, es propicio para que los menores adquieran esta conducta.
5. Vale la pena acotar, que las mentiras se pueden presentar como parte de las conductas compensatorias de algunas condiciones o trastornos, tal es el caso de los niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), en el cual, debido a la afectación de las funciones ejecutivas (lóbulo prefrontal del cerebro), que se refieren a la organización, planificación y administración del tiempo, estos niños tienden a mentir sobre todo en el tema de sus deberes escolares y tareas cotidianas como mecanismo de defensa.

¿Qué podemos hacer?
Es una tarea que compete a los padres y a la familia en general, la familia como primer ente socializador del niño, debe procurar un ambiente tranquilo, de confianza, donde se impartan valores como honestidad, solidaridad, trabajo en equipo, donde no esté presente la represión y el miedo. Una familia operativa, con una adecuada aplicación del binomio afecto/autoridad, con control de emociones, difícilmente pueda generar niños que mientan, y en caso de producirse, podrá contener estas conductas y hacer que sean pasajeras.
Dicho esto, pasamos entonces a dar algunas recomendaciones de uso cotidiano:
- En primer lugar, hay que preguntarse por qué y para qué el niño miente.
- Necesita conocer que mentir es una conducta no aceptada en la familia, y que trae consecuencias negativas.
- No aplicar castigos ante la emisión de las mentiras
- Conversa con tu niño, dale la oportunidad de ser sincero y de explicarse.
- Refuerza la autoconfianza y autoestima, pilares fundamentales para una psique sana.
- No le mientas, ni le hagas falsas promesas que no podrás cumplir.
- No te diviertas ni admires las mentiras de tu niño.

La mayoría de las mentiras en los niños, representan una conducta evolutiva, que tiende a desaparecer con el tiempo, al menos que sean reforzadas y acompañadas de alguna alteración biopsicosocial.

Dr Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Miembro de la comisión de Pediatría Social de la SVPP
Instagram: @dr.eduardo.pediatra @terapiadelaconductainfantil