martes, 27 de enero de 2015

LAS RELACIONES FAMILIARES...

LAS RELACIONES FAMILIARES

 El niño desarrolla mucho de su percepción del mundo, en base a la concepción moral y sociocultural del entorno en que se desenvuelve, sin embargo la base proviene sin duda de las relaciones parentales, es por eso que se afirma que la familia es “la célula de la sociedad”.
Al hablar de familia la definimos (siguiendo la doctrina de la Escuela Bianco) como “un conjunto de personas (consanguíneas o no) que cohabitan bajo un mismo espacio y en donde existe una unión e interacción afectiva entre ellos, regidas por determinadas normas jerárquicas”.

Para hablar de familia en la actualidad, hay que tomar en cuenta que la familia como institución ha sufrido cambios en las últimas décadas. La familia tradicional dos padres-dos hijos, es cada vez menos común al surgir un amplio margen de tipos de familias como consecuencia del cambio de valores y estilos de vida. Hoy en día, puede esperarse que un buen número de niños pase su infancia viviendo en una familia monoparental, habitualmente con la madre, aunque se dan casos en que el padre asume los dos roles. Algunos niños que viven en familias biparentales podrían tener dos padres o dos madres, pues las parejas homosexuales se están decidiendo a tener o adoptar niños. Además, mientras que tradicionalmente eran los padres los que mantenían a la familia, hoy en día el 60 % de las mujeres con hijos trabajan.

El elevado índice de divorcios ocasiona que muchos miembros de las parejas vuelvan a casarse, produciéndose familias combinadas que incluyen hijos de padres y madres diferentes. Puede también esperarse que los niños de hoy en día tengan padres mayores, pues muchas mujeres (sobre todo profesionales) esperan más tiempo para tener su primer hijo.
Todos estos cambios influyen en el desarrollo evolutivo de los niños, y han sido motivo de innumerables estudios por los especialistas en el área.

En toda familia funciona lo que denominamos “binomio autoridad/afecto”, el primero es el control paternal, es decir, el grado en que el niño es controlado, supervisado, la cantidad de disciplina y reglamentación existente; el segundo es el afecto paternal, es decir, la cantidad y calidad del apoyo, afecto y comprensión que proporcionan los padres.

La combinación de estas dos dimensiones autoridad/afecto en forma adecuada  constituirá una familia estructuralmente sana y funcional, con garantía de un buen desarrollo del proceso educativo; por el contrario, un desequilibrio en cualquiera de ambos componentes del binomio dará lugar a familias disfuncionales y desadaptativas. De la misma manera la combinación de la autoridad/afecto produce cuatro estilos generales de ser padres.

Los padres que tienen valores altos en cuanto al afecto y al control se conocen como Padres Democráticos. Estos padres tienden a tener cuidado de sus hijos y ser sensibles hacia ellos pero colocan unos límites claros y mantienen un entorno predecible. Este estilo de actuar de los padres es el que tiene los efectos más positivos en el desarrollo social del niño. Los hijos de estos padres son los más curiosos, los que más confían en sí mismos y los que funcionan mejor en la escuela.

Los padres que tienen valores bajos en cuanto al afecto pero alto en cuanto al control se denominan Autoritarios. Estos padres piden mucho de sus hijos, ejerciendo un fuerte control sobre su conducta y reforzando sus demandas con miedos y castigos. Sus hijos muestran cambios de humor, agresión y problemas de conducta. Los padres que tienen valores altos en cuanto al afecto pero bajos en control se denominan Padres Permisivos, estos padres son cariñosos y emocionalmente sensibles  pero ponen pocos límites a la conducta. Sus hijos son con frecuencia impulsivos, inmaduros y descontrolados.

Finalmente, los padres que tienen valores bajos en ambas dimensiones se denominan Padres Indiferentes, estos padres ponen pocos límites a sus hijos pero también les proporcionan poca atención o apoyo emocional. Este estilo independiente no fomenta el desarrollo social saludable, sus hijos suelen ser exigentes y desobedientes, les cuesta mucho participar en juegos e interacciones sociales, ya que no siguen reglas.

Parece pues, que el tipo de padre óptimo es el que proporciona afecto y autoridad. Es  necesario que el niño se sienta amado y aceptado, pero también debe comprender las reglas de conducta, creencias y valores que los padres consideran que han de seguirse.

Ser padres implica por tanto una responsabilidad capital, sin embargo no siempre estamos conscientes y claros de cómo debemos implementar el proceso educativo, se impone por tanto revisar nuestros estratos sociomorales, utilizar los conocimientos científicos, consultar los especialistas en el área y adoptar estrategias que nos permitan sacar adelante a nuestra familia.

Dr. Eduardo R. Hernández González.
Pediatra-Terapeuta Conductual Infantil.
Instagram: @dr.eduardo.pediatra y @terapiadelaconductainfantil



miércoles, 21 de enero de 2015

LA LABOR DEL PEDIATRA EN LA CONSULTA


El pediatra, es el profesional que mayor contacto tiene con el niño y sus padres, y por largo tiempo, la labor de este especialista en puericultura y pediatría es diaria, continua y educativa. El pediatra, además de manejar la farmacología, la clínica y la terapéutica infantil, debe y tiene que tener conocimientos básicos sobre psicología infantil, emociones y conducta, todo ello le será de gran ayuda en su consulta, para orientar a los padres en siuaciones familiares y escolares.

El propósito de todo pediatra, es lograr que su pequeño paciente, se desarrolle armónicamente, dentro de los parámetros esperados para su edad y sexo, así como evitar enfermedades (prevención primaria e inmunizaciones) y tratarlas adecuadamente cuando aparezcan. El desarrollo de un niño incluye las áreas; física, motora, emocional, lenguaje, social, moral, cognitiva y sexual.

La consulta de pediatría se lleva a cabo con todo el rigor científico que requiere, pero además cumpliendo con los lineamientos de la bioética infantil y el respeto por los derechos del niño, niña y adolescente.

Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes
El pediatra realiza una labor psicoeducativa con los padres, al exponer abiertamente que los niños tienen derechos y como tal deben respetarse. Estos derechos incluyen:
1. Derecho a ser amado íntegramente. y sentir que pertenece a una familia.
2. Derecho a tener unos padres o adultos signficativos, que le garanticen la cobertura de todas sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda, salud, educación, diversión.
3. Derecho a exponer libremente sus opiniones y a ser escuchados.
4. Derecho a escoger a sus amigos y compartir con ellos, sin discriminación de ningún tipo.
5. Derecho a decir "no" sin ser castigados
6. Derecho a no ser castigados fisicamente ni obligados a trabajar.
7. Derecho a ser respetado como persona.
8. Derecho a realizar las dos actividades más importantes en su vida de niño, como estudiar y jugar.
Todos estos derechos deben ser del conocimiento de los padres, y aquí el pediatra con su labor diaria está comprometido a hacerlos cumplir.

Los pediatras ante los mitos y falsas creencias de los padres
Los pediatras nos enfrentamos cada día, a un sin número de mitos y falsas creencias, que se transmiten por generaciones y que repercuten negativamente sobre la salud de los niños su desarrollo y muchas veces obstaculizan el proceso de curación.
Algunos mitos son los siguientes:
Mi hijo es el mejor de todos:  aquí lo fundamental es la aceptación de cada niño tal como es. No existen niños perfectos, como tampoco padres perfectos. Los niños que son sobresalientes en un área del desarrollo, no lo serán en otras. Todos los niños dan alguno que otro problema, esto forma parte de su desarrollo evolutivo, lo que importa es que los padres reconozcan las individualidades y adapten sus normas educativas a cada niño.
A mi amiga le resultó con su hijo, yo lo voy a aplicar al mío: este es un error muy frecuente, en la crianza de los niños no existen reglas únicas, no dan resultados, ya que los niños son diferentes y el ambiente familiar también. Lo adecuado es tomar esta regla y adaptarla a nuestras circunstancias particulares.
La crianza que me dieron a mí fué buena (incluyendo el castigo físico) y yo la aplico a mi hijo: no pretendo poner en duda la crianza que le dieron sus padres, pero fue en otra época y bajo circunstancias distintas, lo correcto es tomar algunos conceptos y adaptarlos a los tiempos modernos.

A modo de reflexión:
Entre todos los profesionales, al lado de los maestros y profesores, pienso que los pediatras tenemos una gran labor con los niños, nuestro ejercicio profesional va más allá de la enfermedad y su tratamiento, se trata de conocer a la familia y la escuela y todas aquellas condiciones que puedan estar influyendo en la pérdida de la salud del niño.
Al actuar de esta manera estamos realizando una pediatría integral y social, labor que nos 
proporciona grandes satisfacciones personales y profesionales. 



Dr Eduardo R. Hernández González.
Pediatra.-Terapeuta Conductual Infantil.
Instagram: @dr.eduardo.pediatra @terapiadelaconductainfantil

martes, 20 de enero de 2015

LA MÚSICA Y EL DESARROLLO CEREBRAL





Excelente video, que expone los beneficios de la música para el desarrollo del cerebro humano, todo explicado a través de la neuropsicología.

Especialmente para mis estudiantes del CIPPSV, Orientación de la Conducta.

Dr. Eduardo Hernández G.