viernes, 30 de septiembre de 2016

TENGO UN HIJO ADOLESCENTE...SOS

La adolescencia es una etapa evolutiva que implica cambios orgánicos y cambios emocionales-conductuales, y representa un verdadero reto para los padres, maestros y la mayoría de los adultos.

La palabra adolescencia proviene del verbo en latín adolescere, que significa “crecer” o “crecer hacia la madurez”. La adolescencia es un período de crecimiento entre la niñez  y la edad adulta, la duración es variable de una persona a otra.
En términos generales podemos distinguir una adolescencia temprana entre los 11 y 13 años, adolescencia media entre los 14 y 17 años y una adolescencia tardía desde los 17 a los 21 años aproximadamente. (actualmente hay una tendencia mundial a prolongarla hasta los 25 años).

Por otra parte, la pubertad se refiere al período en el que tienen lugar los cambios biológicos (por efecto de las hormonas sexuales) relativos a la maduración sexual del individuo, aquellos años durante los cuales se desarrollan las características sexuales primarias y secundarias que diferencian los géneros femenino y masculino y que los preparan para el ejercicio de la función sexual y la reproducción.
El inicio de la madurez sexual en las niñas viene dado por la menarquia o primera menstruación y en los niños por las poluciones nocturnas o llamados sueños húmedos.
Esta aparición abrupta de las hormonas sexuales, junto a los cambios físicos ocasionados por ellas, trae consigo un conjunto de manifestaciones emocionales y conductuales que caracterizan a la etapa adolescente de cualquier individuo.
El impacto de estos cambios es variable de un individuo a otro y va a estar determinado por una serie de variables como: el temperamento, el estado de salud física y mental, el autoestima, la aceptación del grupo de pares, los logros académicos y la estructura familiar a la que pertenece.

El adolescente.
Los adolescentes que no son ni niños ni adultos,  deben luchar contra una serie de miedos y temores evolutivos, que en la mayoría de las veces son transitorios, pero en algunos casos se convierten en obstáculos para una convivencia sana y feliz, así tenemos miedo a la sexualidad, a su propio cuerpo, a enamorarse, a las guerras, secuestros, a la enfermedad, a la muerte, a la pérdida de los padres, familiares y amigos.
Es importante destacar como característica de la conducta adolescente la oposición a todo lo considerado como figura de autoridad, llámese padres o familiares adultos, maestros y profesores, normas sociales, morales y legales, todo ello conlleva a desafiar y cuestionar la sociocultura reinante. De aquí surge el calificativo de “rebeldía adolescente o de rebelde sin causa”, que no es más que el deseo del adolescente de convertirse en un adulto, con personalidad definida, con criterios propios y con una postura clara ante la vida.
Los adolescentes son los llamados “fashion´s víctim”, es decir son fanáticos de la moda, tanto, que llegan a tomarla como un estilo de vida, sacrificando en ocasiones la salud, la convivencia social y el presupuesto familiar. Aparecen nuevos modelos a seguir como artistas, cantantes, líderes políticos y religiosos, deportistas, cuyos ejemplos no siempre son los más adecuados y ejercen entonces una influencia negativa en los adolescentes.
También los adolescentes tienen su propio sistema de lenguaje (oral, escrito y corporal), caracterizado por modismos propios de la época y que los diferencian de los adultos.
Durante la adolescencia ocurre un cambio de intereses personales, con lo cual los estudios pueden verse afectados y surgir dificultades académicas y bajo rendimiento escolar, situación que preocupa mucho a los profesores y papás y que a veces por un manejo inadecuado llega a convertirse en un verdadero problema.
Otro aspecto a considerar en la cultura adolescente es la necesidad de la aceptación por parte de grupos sociales, lo que crea un considerable estress emocional y lo puede llevar a cometer actos y conductas a veces reñidas con la moral y las buenas costumbres. Es frecuente que se inicien en el hábito de fumar, consumo de alcohol y drogas y en el ejercicio de la función sexual.

Recomendaciones a los papás:
Es muy común escuchar a papás de adolescentes sus quejas en relación a la conducta de sus hijos, quejas como: ya no conversa conmigo, no le gusta salir con nosotros, es reservado con su vida, no sabemos que le gusta o disgusta, prefiere a los amigos que a la familia, cree que el mundo gira alrededor de ellos, y otras. 
Papás no pierdan la calma, e aquí algunos consejos que les serán de ayuda para hacer llevadera esta etapa de transición hacia la vida adulta.
Primeramente debes recordar que la adolescencia es una etapa evolutiva en la vida de tu hijo y por lo tanto pasará con el tiempo, paciencia, paciencia y más paciencia.
Implementa canales regulares de comunicación asertiva con tu hijo.
No le cuestiones todo lo que diga o haga, establece reglas claras de convivencia en el hogar y utiliza reforzadores positivos.
No trates de imponerte a la fuerza, utiliza mejor la negociación, escucha y respeta sus ideas y puntos de vista.
Permítele que tenga su propio espacio para pensar, recrearse y encontrarse a sí mismo, déjalo disfrutar cuando quiera estar solo.
No busques que se parezca a ti, busca mejor que sea él mismo, dale consejos pero permítele que se equivoque y que enmiende sus errores, ello genera aprendizaje.
Recuerda que la adolescencia siembra los cimientos para una adultez sana y operativa, que le permitirá ser un buen ciudadano, responsable y respetuoso del otro.
Si estás teniendo problemas con tu hijo adolescente y no sabes como resolverlos, no dudes en buscar una ayuda especializada, este profesional te dará las herramientas cognitivas y conductuales que te permitirán un manejo adecuado de esta importante etapa de la vida.

Dr. Eduardo Hernández G.
Pediatra y Terapeuta de la Conducta Infantil.
Instagram @dr.eduardo.pediatra y @terapiadelaconductanfantil

martes, 20 de septiembre de 2016

El TDAH, un trastorno que debe ser tratado



En artículos anteriores hemos hablado del Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), su definición, sus características, criterios clínicos y su tratamiento.
Hoy vamos a enfocarnos en la necesidad que los niños con TDAH deban ser tratados adecuadamente y diagnosticados lo antes posible.

Estudios recientes realizados en España, revelan cifras alarmantes, solo el 10% de los niños diagnosticados con TDAH reciben el tratamiento adecuado, es decir una combinación del tratamiento farmacológico y la terapia cognitiva-conductual, eso es el tratamiento adecuado y principal de los niños con TDAH. Ahora bien, hay que agregar también la terapia familiar, el apoyo psicopedagógico, terapia de lenguaje, terapia ocupacional y las terapias alternativas.

Ya conocemos que el  TDAH es un trastorno neurobiológico, donde por medio de estudios de neuroimagen y neurofisiológicos, se ha demostrado que no solo hay cambios en los volúmenes de algunas áreas del cerebro del niño, sino que hay cambios del funcionamiento de estas áreas, sobre todo el área prefrontal, que es el centro de las funciones ejecutivas, estas funciones son habilidades cognitivas que nos permiten: establecer objetivos, planificar, organizar, seleccionar, ser capaces de iniciar, desarrollar y terminar una actividad, controlar el tiempo e inhibir conductas automáticas (motoras, conductuales y emocionales).
Por estas razones, por medicina basada en evidencia científica, es fundamental que los niños con TDAH reciban una terapia farmacológica como parte de su tratamiento. En el mercado existen diferentes alternativas, todas son buenas, y la dosificación y el tiempo de tratamiento va a depender de la respuesta terapéutica de cada paciente. Como toda medicación tienen efectos secundarios, esperados, controlados y que generalmente son pasajeros y en la mayoría de los casos no representan peligro a la salud.
Aunado a esto, es también fundamental la terapia cognitivo-conductual, una intervención que combina la modificación de los pensamientos y la conducta a través de técnicas como reestructuración cognitiva, entrenamiento en relajación y técnicas de modificación de conductas.

Qué pasa entonces si un niño con diagnóstico de TDAH (diagnóstico que debe ser únicamente realizado por un médico entrenado, preferiblemente, pediatra, neuropediatra o psiquiatra infantil) no es tratado de forma adecuada?
Pasa que estos niños tendrán:
1. Una evolución lenta, tórpida y difícil de su condición, a la cual se le va sumando otros trastornos de conducta.
2. Problemas escolares (fracaso escolar, repitencia, abandono escolar, acoso)
3. Disminución sustancial de su autoestima
4. Dificultades para relacionarse con sus pares
5. Más posibilidades de ser víctimas de violencia intra y extrafamiliar
6. Más probabilidades de sufrir accidentes
7. A largo plazo, son más propensos a conductas de alto riesgo (consumo de alcohol y otras drogas, delincuencia, cambios frecuentes de parejas).

Cierro con este llamado a los maestros a instruirse y sensibilizarse con el TDAH, a detectar tempranamente conductas sospechosas, a comunicarle a los padres y representantes sus observaciones y a referir oportunamente al médico  a estos niños.
A los padres y representantes los invito a no demorar consultar con los médicos especialistas que podrán ayudarlos y a cumplir los tratamientos e intervenciones indicadas.
Estas recomendaciones solo tienen como objetivo lograr que los niños con TDAH, tengan una vida feliz, con éxitos académicos y con salud emocional.

Dr Eduardo Hernández G
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Instagram: @dr.eduardo.pediatra y @terapiadelaconductainfantil



jueves, 1 de septiembre de 2016

LOS NIÑOS Y LAS DROGAS...


Muchos padres dudan que sea adecuado hablar con sus hijos del tema del alcohol y otras drogas. Otros piensan que no es posible que sus hijos tengan relación con sustancias ilegales. Y otros, finalmente, retrasan el tema porque no saben lo que decir ni como hacerlo, o porque tienen miedo de introducir esas ideas en la mente de sus hijos.
No espere hasta el momento en que piense que su hijo tiene un problema. Muchos jóvenes que asisten a los programas de tratamiento cuentan que tomaron alcohol y otras drogas durante dos años sin que sus padres se dieran cuenta, comience ahora a hablarles del tema del alcohol y otras drogas y mantenga abierta las líneas de comunicación.

Esta es una información básica que Ud debe conocer para iniciar el tema de las drogas.
Droga: es cualquier sustancia natural o química que al ser introducida a nuestro organismo produce cambios físicos, emocionales o conductuales.
Hay que hacer una distinción entre la adicción física o dependencia física y la dependencia psicológica. Una adicción física a una droga es un hábito formado físicamente por el que el cuerpo crea una necesidad física de una droga, de forma que su ausencia repentina da lugar a síntomas de abstinencia. La dependencia psicológica es el desarrollo de una necesidad psicológica persistente, algunas veces dominante, de una droga que origina una compulsión por tomarla, es decir el individuo ha perdido el control de su voluntad.
Las drogas de las que se suele abusar más se pueden agrupar en varias categorías: narcóticos, estimulantes, depresores, alucinógenos, marihuana e inhalantes. El alcohol y la nicotina (tabaco) también son drogas pero lícitas.

Cuáles son los factores de riesgo para el consumo de drogas?
La iniciación en la drogadicción es consecuencia de la interacción compleja de diferentes factores. Influyen tanto características cognitivas, del desarrollo y rasgos de personalidad o temperamento individual, como factores familiares, sociales y culturales. Las influencias más tempranas hacia el consumo del tabaco, alcohol u otras drogas provienen del medio familiar. Se han identificado como factores de riesgo para la drogadicción las situaciones de rechazo de los padres hacia el niño o el adolescente, el exceso o el déficit de control parental y los divorcios conflictivos. Lo mismo ocurre en familias disfuncionales con antecedentes de abuso. Un niño o adolescente con una escasa autoestima, un bajo rendimiento escolar, falta de expectativas e ideales, también se encuentra en una situación de riesgo aumentado.

Ciertas alteraciones de la conducta manifestadas en los años preescolares progresan en la adolescencia hacia síntomas más severos como el robo, la conducta agresiva o el abuso de drogas. Las dificultades en la crianza de un “niño difícil” pueden generar alteraciones en el vínculo con sus padres que exacerban las disfunciones de la conducta del niño. Las conductas negativas o desafiantes  pueden conducir a un exceso de crítica o aislamiento por parte de los padres.
La adicción a drogas ha sido estudiada también desde el punto de vista genético. Investigaciones realizadas en niños adoptados, hijos de padres biológicos alcohólicos, determinaron que presentaban un mayor riesgo de desarrollar dependencia del alcohol. Los hijos de padres alcohólicos poseen un elevado riesgo de manifestar problemasconductuales, psicológicos, cognitivos, así como también desarrollar alteraciones por déficit neurofisiológicos.

A veces el problema es conocer si los hijos son consumidores de drogas. Para saberlo, hay síntomas que pueden indicar si las está usando:
*Aparecer y desaparecer en intervalos regulares sin razón aparente, presentando cambios del comportamiento.
*Disminuir paulatinamente el rendimiento escolar.
*Incumplir los deberes y obligaciones, alterando la disciplina del núcleo familiar.
*Presentar cambios de carácter y violentas crisis de mal humor.
*Robar dinero u objetos en el colegio y el hogar.
*Pedir dinero prestado frecuentemente.
*Cambiar el grupo habitual de amigos.
*Tener cápsulas, tabletas u otras sustancias no indicadas por el médico.
*Usar un lenguaje extraño, que pudiera ser propio de ese mundo.
*Gastar demasiado dinero sin explicación aparente.
También hay síntomas físicos evidentes del consumidor de drogas:
Confusión, crisis de miedo, mal aliento, excesiva expectoración, necesidad imperiosa de consumir dulces, desorientación, congestión de nariz, ojos y garganta, hablar mucho, temblores y otros.

 Qué hacer si mi hijo consume drogas?
¡No se deje arrastrar por el pánico¡ Y no se culpe. Ahora lo importante es mantener la calma, descubrir lo que está sucediendo y obtener la ayuda que necesita para detenerlo. Incluso cuando los signos son evidentes, lo que habitualmente se produce cuando el niño o el joven las toma, es que los padres no quieran admitir que su hijo pueda tener algún problema. La cólera, el resentimiento, la culpa y el sentimiento de fracaso como padres son algunas de las reacciones comunes. 
Si su hijo consume drogas, es importante que evite culparse a sí mismo del problema y que obtenga la ayuda necesaria para que deje de hacerlo. No se enfrente a su hijo sometido en ese momento a la influencia del alcohol o las drogas, espere a que esté sobrio, después analice con él sus sospechas con calma y objetividad. No es fácil, si necesita tranquilizarse, de primero un paseo y luego comience la conversación.
Hable con su hijo sobre las drogas y establezca normas familiares. Es extremadamente importante que el mandato de “no a las drogas” quede establecido claramente, comprobando que lo ha comunicado claramente. Ante una violación de las reglas, imponga y mantenga las normas disciplinarias decididas por la familia. No ceda ante la promesa de su hijo de que no volverá a hacerlo.

Si su hijo ha desarrollado pautas de uso de drogas, o incluso ha llegado al punto del abuso de ellas, usted necesitará ayuda especializada para intervenir.
De entrada debe comunicarlo a su pediatra, por ser éste el profesional más cercano al niño y/o adolescente. El pediatra evaluará la situación y buscará asistencia con el psiquiatra infantil, psicólogo infantil y/o el terapeuta conductual infantil, según el caso lo amerite. No dude en buscar ayuda y no se avergüence de ello.

Para concluir he aquí 10 pasos para ayudar a su hijo a decir NO a las drogas:
1-Hable con sus hijos acerca del alcohol y otras drogas.
2-Escuche realmente a sus hijos.
3-Ayude a sus hijos a sentirse bien consigo mismo.
4-Ayude a sus hijos a desarrollar valores firmes y adecuados.
5-Sea un buen ejemplo para ellos.
6-Ayude a sus hijos a afrontar la presión de sus compañeros.
7-Establezca normas dentro de la familia sobre las drogas y el alcohol.
8-Fomente las actividades sanas, deportivas y recreativas.
9-Agrúpese con otros padres.
10-Solicite ayuda si tiene algún problema relacionado con el alcohol o las drogas.

Dr. Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta Conductual Infantil
Instagram: @terapiadelaconductainfantil @dr.eduardo.pediatra