Desde hace algunos años, Venezuela se encuentra sumergida en una gran polarización política que ha originado fuertes enfrentamientos de calle entre los opositores a este proyecto de país (llamado Socialismo del Siglo XXI) y las fuerzas de seguridad del estado junto a los grupos oficialistas.
Las marchas de protestas llevadas a cabo por la oposición, han sido fuertemente reprimidas por los órganos de seguridad del estado, provocando muchos heridos, detenidos y hasta personas fallecidas.
En medio de este caos se encuentran nuestros niños, niñas y adolescentes (NNA), la población más vulnerable a sufrir daños en su salud física y emocional. Los NNA no están ausentes de lo que pasa en el país, algunos han sido víctimas o sus familiares de la violencia e intolerancia que reina a su antojo.
Ahora bien, no todos procesan por igual o son afectados de igual manera por esta situación, todo va a depender de muchos factores como: la edad del menor, su desarrollo evolutivo, el temperamento del niño, el tipo de familia a la que pertenece, el estilo de crianza, el estado de salud del niño, el grado y tiempo de exposición a la situación violenta y otros.
Nuestros NNA, ante estas situaciones de violencia social, pueden presentar algunos de estos síntomas: insomnio, hiperactividad o retraimiento, fobia social, bajo rendimiento escolar, irritabilidad, miedos nocturnos, fallas en el control de las micciones o evacuaciones, fallas en el autocontrol de emociones, molestias varias de tipo psicosomáticas y otros.
Pese a que existe un marco legal de Protección del Menor, consagrado en la Convención de los Derechos del Niño, adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1989 y ratificado en 1997 por casi todos los países del mundo, donde se dictaron los principios y normas para proteger a los niños de la violencia, esto parece que no se estuviese cumpliendo a cabalidad.
Es menester recordar que la protección de los niños es tarea de todos, en primer lugar de la familia, también de la escuela, las instituciones y organizaciones públicas y privadas y de la sociedad en general, todos debemos contribuir a proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes.
Algunas de las recomendaciones que hacemos a las familias, para tratar de amortizar el impacto negativo de la violencia social en nuestros niños son:
1. Habla con tu niño sobre la situación política, explicándole sin resentimiento y de la manera más imparcial y objetiva posible ambas visiones de país. Por supuesto tendrás que adaptar tu discurso a la edad de cada niño.
2. Puedes utilizar el juego o el dibujo para que ellos expresen cómo se sienten.
3. Ármate de paciencia ante la presencia de síntomas físicos y emocionales de tu niño. Atiende a sus llamados y comunícate con su pediatra.
4. Elimina de tu verbo, las frases que inciten al odio e intolerancia hacia los que no piensan como tú.
5. No utilices a los niños para hacer campaña política ni los expongas a manifestaciones públicas de protestas.
6. Minimiza el acceso de los niños a la televisión y redes sociales que transmiten estas situaciones violentas.
7. Aprovecha esta coyuntura para educar en valores, para incentivar en ellos la resolución de conflictos de forma operativa y por la vía del diálogo, para inculcar la tolerancia, inclusión y solidaridad.
Desde este blog hacemos un llamado a los padres y representantes, para educar en LA PAZ, dile NO A LA VIOLENCIA.
Dr Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Miembro Comisión de Pediatría Social de la SVPP.
Nuestros NNA, ante estas situaciones de violencia social, pueden presentar algunos de estos síntomas: insomnio, hiperactividad o retraimiento, fobia social, bajo rendimiento escolar, irritabilidad, miedos nocturnos, fallas en el control de las micciones o evacuaciones, fallas en el autocontrol de emociones, molestias varias de tipo psicosomáticas y otros.
Pese a que existe un marco legal de Protección del Menor, consagrado en la Convención de los Derechos del Niño, adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1989 y ratificado en 1997 por casi todos los países del mundo, donde se dictaron los principios y normas para proteger a los niños de la violencia, esto parece que no se estuviese cumpliendo a cabalidad.
Es menester recordar que la protección de los niños es tarea de todos, en primer lugar de la familia, también de la escuela, las instituciones y organizaciones públicas y privadas y de la sociedad en general, todos debemos contribuir a proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes.
Algunas de las recomendaciones que hacemos a las familias, para tratar de amortizar el impacto negativo de la violencia social en nuestros niños son:
1. Habla con tu niño sobre la situación política, explicándole sin resentimiento y de la manera más imparcial y objetiva posible ambas visiones de país. Por supuesto tendrás que adaptar tu discurso a la edad de cada niño.
2. Puedes utilizar el juego o el dibujo para que ellos expresen cómo se sienten.
3. Ármate de paciencia ante la presencia de síntomas físicos y emocionales de tu niño. Atiende a sus llamados y comunícate con su pediatra.
4. Elimina de tu verbo, las frases que inciten al odio e intolerancia hacia los que no piensan como tú.
5. No utilices a los niños para hacer campaña política ni los expongas a manifestaciones públicas de protestas.
6. Minimiza el acceso de los niños a la televisión y redes sociales que transmiten estas situaciones violentas.
7. Aprovecha esta coyuntura para educar en valores, para incentivar en ellos la resolución de conflictos de forma operativa y por la vía del diálogo, para inculcar la tolerancia, inclusión y solidaridad.
Desde este blog hacemos un llamado a los padres y representantes, para educar en LA PAZ, dile NO A LA VIOLENCIA.
Dr Eduardo Hernández G.
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Miembro Comisión de Pediatría Social de la SVPP.
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