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domingo, 4 de noviembre de 2018

EL CONSUMO DE CANNABIS EN LOS ADOLESCENTES



El Cannabis es una droga, considerada de inicio, que se extrae de la planta Cannabis sativa, la cual contiene más de 400 componentes químicos, de los que se conocen al menos 60 cannabinoides, únicos de esta especie. Los tres cannabinoides más importantes por sus efectos psicoactivos, son el Tetrahidrocannabinol (THC), el cannabidiol (CBC) y el cannabinol. De estos,  el THC es el responsable de la mayoría de los efectos que produce.

El Cannabis se presenta para su consumo en forma de hachís, que es un exudado resinoso de la planta; marihuana o maría, que consiste en un triturado seco de flores, hojas y pequeños tallos de la propia planta; en forma de polen, que es un triturado seco de flores muy fino con aspecto de polvo amarillento; y en forma de aceite. Se consume habitualmente fumada en forma de cigarrillos, mezclada con tabaco (habitualmente el hachís) o directamente sin tabaco (marihuana), colocada en pipas de diferentes formas y tamaños y más recientemente mediante vaporizadores. También puede utilizarse el aceite por vía oral.
Al consumirse fumado, sus efectos pueden sentirse casi inmediatamente y duran entre dos y tres horas. Por vía oral la absorción es más lenta y sus efectos aparecen entre la media hora y las dos horas, pudiendo durar hasta 6 horas.

Las últimas investigaciones serias, con medicina basada en evidencia científica, explican los efectos dañinos del Cannabis para el cerebro del adolescente.

En primer lugar, se desmonta el mito que la Marihuana no produce adición, ya que se ha demostrado que el Cannabis actúa sobre el sistema de gratificación y recompensa cerebral de la misma forma que lo hacen otras drogas, a través del estímulo de la liberación de dopamina. Por eso, el consumo continuado de cannabis produce adicción. La adicción aparece entre el 7 y el 10 % de las personas que lo han probado y en 1 de cada 3 de los que lo consumen habitualmente.
(Rodríguez González, Claudia; Martínez Campanario, Elena; Lobato Miranda, Carmen Lucía. Prevención del consumo del cannabis en la adolescencia . Biblioteca Lascasas, 2017; V13.)

Por otra parte, al actuar sobre un cerebro adolescente, que se encuentra en remodelación neuronal y en plasticidad cerebral, sus efectos dañinos se potencian, dando lugar a algunas alteraciones en sus funciones, provoca pérdida de memoria, reduce el rendimiento y la velocidad de pensamiento y altera las capacidades cognitivas, todo esto conlleva a una disminución del aprendizaje lo que trae como consecuencia entre otras cosas, bajo rendimiento escolar y peores calificaciones. 
Produce además deterioro de la atención, el juicio y las funciones ejecutivas.

Con respecto al aspecto emocional y conductual, las investigaciones hablan de una relación entre el consumo de Cannabis en adolescentes y cambios en el carácter, el adolescente se vuelve irritable, se aisla en casa y hay un deterioro de la convivencia familiar.
Igualmente aparece el llamado Síndrome amotivacional caracterizado por la apatía, la falta de ganas y el poco interés que tiene el joven en relacionarse con los amigos y la familia.

En los últimos tiempos, se ha estudiado también la relación entre el consumo de Cannabis y la aparición de episodios psicóticos y en casos extremos con el inicio de la esquizofrenia, encontrando que es proporcional al tiempo consumiendo la droga, a la cantidad de droga consumida, y a la menor edad de consumo.
Además el consumo de Cannabis es la puerta de entrada para el consumo de otras drogas más potentes y letales.
No podemos olvidar los efectos físicos a corto plazo del consumo de esta droga, acá encontramos un aumento del ritmo cardíaco, resequedad de la boca, enrojecimiento de los ojos (congestión de los vasos sanguíneos conjuntivales), reducción de la presión intraocular, relajación muscular y sensación de manos y pies fríos o calientes.
El Electroencefalograma (EEG) muestra ondas alfa algo más persistentes y de frecuencia un poco más baja de lo normal.

Es propio hacer mención, de alguno de los usos medicinales del Cannabis, se ha empleado en pacientes con VIH/Sida y oncológicos  para el mejoramiento de las náuseas, apetito y ansiedad, también en pacientes con enfermedades reumatológicas en la mejora del dolor y espasticidad y por último en algunos casos de epilepsia refractaria a tratamiento médico. Este consumo de Cannabis se debe hacer bajo estricta indicación y supervisión médica.

Por todo lo anterior podemos concluir, que el consumo de Cannabis produce graves daños en el cerebro de los adolescentes y es nuestro deber como profesionales sanitarios, prevenir, diagnosticar y tratar al adolescente drogodependiente. Los padres y profesores están llamados a prevenir, detectar y buscar ayuda profesional de todo adolescente que consuma Cannabis u otra droga.

                                                      !DILE NO A LAS DROGAS!

Dr Eduardo Hernández G
Pediatra-Terapeuta de la Conducta Infantil
Miembro Comisión Pediatría Social de la SVPP
Instagram: @dr.eduardo.pediatra @terapiadelaconductainfantil

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