Los Trastornos del Espectro Autista (TEA), o también llamados Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD), representan un conjunto de afecciones de la infancia temprana, que se mantiene durante toda la vida y que es consecuencia de una disfunción en el desarrollo del Sistema Nervioso Central, estos nin@s nacen sin problemas, inician su desarrollo evolutivo dentro de los parámetros esperados para su edad y en un momento de la vida (entre los 6 meses y 3 años de edad), su desarrollo se detiene e inicia todos los cambios característicos.
No es una enfermedad, es una manera diferente de funcionamiento del cerebro y de procesamiento de la información,
De acuerdo con los últimos estudios, la prevalencia de los TEA es de 1 por cada 110 niños, y los varones enfrentan un riesgo mayor de 4-5 veces con respecto a las niñas.
Ahora bien, la causa de esta disfunción de los sistemas cerebrales, aun permanece desconocida, las hipótesis son multifactoriales e incluyen factores biológicos (virus), genéticos, ambientales y otros, lo que si está bastante claro es que la conducta de los padres no tiene nada que ver en la génesis del TEA y además que no existe evidencia científica que relacione vacunas con TEA.
Los criterios clínicos actuales para el diagnóstico y clasificación de los TEA, se basan en los manuales DSM-IV-R (de acuerdo a la Asociación Americana de Psicología, APA 2000) y en el CIE-10 (de la Organización Mundial de la Salud, OMS), de acuerdo a estos manuales Los Trastorno del Espectro Autista se clasifican en 5 condiciones: el trastorno autista, el sindrome de Rett, el trastorno de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado, todos comparten algunas manifestaciones clínicas y presentan otras muy particulares lo que conlleva al diagnóstico.
Los niños con TEA presentan una tríada característica de:
Deficiencias en la socialización, deficiencias en la comunicación y una gama restringida de comportamientos, intereses y actividades.
Hablaremos un poco de estas características, es evidente que todos presentan un grado de desarrollo inferior al nivel esperado para su edad, expresado por patrones de conducta inmaduros. La afectación social es quizás el rasgo que mas llama la atención de los padres y cuidadores, la aversión al contacto físico, la falta de contacto visual y el no volverse cuando se le llama por su nombre, son signos de alarma y motivos de consulta frecuente.
En cuanto al área de comunicación, encontramos desde ausencia del lenguaje hasta retardo en la adquisición, habla no adecuada, dificultad para mantener una conversación, discurso extraño en entonación o ritmo, lenguaje estereotipado y ausencia o alteraciones del juego.
Además encontramos patrones estereotipados y restrictivos de intereses, rutinas, actividades y movimientos motores.
Los niñ@s con TEA, pueden presentar también otras afecciones, muy importantes a la hora de iniciar el tratamiento, tales como: problemas sensoriales (exageración de respuesta o indiferencia ante estímulos sensoriales), problemas de sueño, problemas gastrointestinales, crisis epilépticas y discapacidad intelectual.
El Diagnóstico del TEA
La edad de detección se reconoce hoy en día como un aspecto muy importante en el pronóstico de una persona con TEA, el diagnóstico precoz aunado a una intervención temprana hacen la diferencia en la evolución, manejo y calidad de vida, encontrándose que los dos años de edad, sería lo ideal para el diagnóstico y así iniciar la terapéutica adecuada.
Para el diagnóstico nos ayudamos en primer lugar de una Historia Clínica Conductual, Entrevista a Padres, Observación y Registro de Conductas del nin@ e Informe Escolar (si ya estuviese escolarizado), luego de la Neuropsicología, que con una batería de instrumentos psicológicos y evaluaciones médicas nos acercan al objetivo.
El Diagnóstico por tanto es multidisciplinario, al igual que la intervención terapéutica.
Los nin@s con TEA presentan una serie de habilidades que los hacen especiales y diferentes al resto de sus pares, resultan ser muy buenos en matemáticas, en dibujo, en armar rompecabezas, son especialistas en temas específicos, suelen tener excelente memoria, en fin, poseen unos superpoderes que los hacen ver y sentir la vida diferente.
Desde este blog, nos hacemos solidarios y nos unimos a la campaña de aceptar las diferencias y de lograr su inclusión social a una vida plena y feliz.
Dr. Eduardo Hernández G.
No es una enfermedad, es una manera diferente de funcionamiento del cerebro y de procesamiento de la información,
De acuerdo con los últimos estudios, la prevalencia de los TEA es de 1 por cada 110 niños, y los varones enfrentan un riesgo mayor de 4-5 veces con respecto a las niñas.
Ahora bien, la causa de esta disfunción de los sistemas cerebrales, aun permanece desconocida, las hipótesis son multifactoriales e incluyen factores biológicos (virus), genéticos, ambientales y otros, lo que si está bastante claro es que la conducta de los padres no tiene nada que ver en la génesis del TEA y además que no existe evidencia científica que relacione vacunas con TEA.
Los criterios clínicos actuales para el diagnóstico y clasificación de los TEA, se basan en los manuales DSM-IV-R (de acuerdo a la Asociación Americana de Psicología, APA 2000) y en el CIE-10 (de la Organización Mundial de la Salud, OMS), de acuerdo a estos manuales Los Trastorno del Espectro Autista se clasifican en 5 condiciones: el trastorno autista, el sindrome de Rett, el trastorno de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado, todos comparten algunas manifestaciones clínicas y presentan otras muy particulares lo que conlleva al diagnóstico.
Los niños con TEA presentan una tríada característica de:
Deficiencias en la socialización, deficiencias en la comunicación y una gama restringida de comportamientos, intereses y actividades.
Hablaremos un poco de estas características, es evidente que todos presentan un grado de desarrollo inferior al nivel esperado para su edad, expresado por patrones de conducta inmaduros. La afectación social es quizás el rasgo que mas llama la atención de los padres y cuidadores, la aversión al contacto físico, la falta de contacto visual y el no volverse cuando se le llama por su nombre, son signos de alarma y motivos de consulta frecuente.
En cuanto al área de comunicación, encontramos desde ausencia del lenguaje hasta retardo en la adquisición, habla no adecuada, dificultad para mantener una conversación, discurso extraño en entonación o ritmo, lenguaje estereotipado y ausencia o alteraciones del juego.
Además encontramos patrones estereotipados y restrictivos de intereses, rutinas, actividades y movimientos motores.
Los niñ@s con TEA, pueden presentar también otras afecciones, muy importantes a la hora de iniciar el tratamiento, tales como: problemas sensoriales (exageración de respuesta o indiferencia ante estímulos sensoriales), problemas de sueño, problemas gastrointestinales, crisis epilépticas y discapacidad intelectual.
El Diagnóstico del TEA
La edad de detección se reconoce hoy en día como un aspecto muy importante en el pronóstico de una persona con TEA, el diagnóstico precoz aunado a una intervención temprana hacen la diferencia en la evolución, manejo y calidad de vida, encontrándose que los dos años de edad, sería lo ideal para el diagnóstico y así iniciar la terapéutica adecuada.
Para el diagnóstico nos ayudamos en primer lugar de una Historia Clínica Conductual, Entrevista a Padres, Observación y Registro de Conductas del nin@ e Informe Escolar (si ya estuviese escolarizado), luego de la Neuropsicología, que con una batería de instrumentos psicológicos y evaluaciones médicas nos acercan al objetivo.
El Diagnóstico por tanto es multidisciplinario, al igual que la intervención terapéutica.
Los nin@s con TEA presentan una serie de habilidades que los hacen especiales y diferentes al resto de sus pares, resultan ser muy buenos en matemáticas, en dibujo, en armar rompecabezas, son especialistas en temas específicos, suelen tener excelente memoria, en fin, poseen unos superpoderes que los hacen ver y sentir la vida diferente.
Desde este blog, nos hacemos solidarios y nos unimos a la campaña de aceptar las diferencias y de lograr su inclusión social a una vida plena y feliz.
Dr. Eduardo Hernández G.
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